domingo, 9 de noviembre de 2014

La belleza como una forma de mirar



Por Patricio Jara Tomckowiack
Arquitecto

Propongo de hoy –advertido cierto vacío normativo en la materia- a la belleza como una forma de mirar la ciudad, su gente, el acontecer propio y el ajeno.
Mismas personas, atardeceres, soles, árboles, cables, veredas, ciudades, plazas, casas y lugares están siempre allí para ser vistos. Y si se es más atrevido también para ser usados, observados y disfrutados.  No se necesita tanto para ello, solo una gotitas invisibles de belleza en los ojos (una por cada uno basta) y el resto viene por añadidura.
Claro que quisiéramos más parques y más plazas, pero si juntamos todos los árboles de los antejardines de las casas no todo está perdido.    
Claro que quisiéramos más paisajes y menos fachadas, pero desde algunos balcones se ve la punta de los volcanes Llaima y Villarrica. Y si ahora  el problema es que se vive en casa de un piso, no falta un conocido con balcón al oriente para pedírselo unos quince minutos día por medio.
También es claro que quisiéramos un mejor clima para vivir el espacio público y todo eso, pero este domingo de noviembre está soleado y si se le mira con belleza puede ser todo un año y quién sabe hasta toda una vida.
En promedio, la ciudad está perfecta y que ganas de ofrecer disculpas por todo lo que se ha mirado con otros ojos.

1 comentario:

  1. Pato que linda columna. Es así como aveces se leen cosas que te alegran el corazón, un poquito más. Que razón tienes!!! Con eso de las gotitas de belleza en los ojos =), bien buena metáfora!
    Y si todos ofrecieranos disculpas por tantas veces de ni siquiera abrir los ojos, sólo dejar pasar uffff que livianos nos sentiríamos. =)
    Claudia. (No caché como publicar de otra forma jeje)

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