miércoles, 29 de julio de 2015

Soy



Por Patricio Jara Tomckowiack
Arquitecto

Tú mayor temor soy,
El difuso horizonte que te llena de incertidumbre es mi corazón,
La temblorosa mano que es mi Dios es tu demonio,
El final que evitas,
Mis curvas las que te hacen caer,
El arquitecto de tus numerosos fracasos y escasos éxitos,
El alma vieja que se te cruza y te pasea como el Gran Gary,
Tú burocrática contraparte técnica,
El vampiro energético de quién te enamoraste,
El argentinosaurus que te comerás cuando tengas hambre  
Si disfrutas cada uno de tus pasos;
Tu camino soy.  

martes, 7 de julio de 2015

Gracias a la vida por Julieta



Por Patricio Jara Tomckowiack
Arquitecto

Felicitaciones queridos amigos, compadres y ahijado Silvana, Rodrigo y Vichito por la llegada al mundo de su gordita y hacer crecer nuestra familia. Chile está lindo y contento y como dice la canción; tanta alegría seguida me va a matar.

Felicitaciones porque estoy seguro traen una nueva vida y de las buenas, de esas que como el arquitecto que hace su pega con amor, intentará mejorar las condiciones de su comunidad y la experiencia de otros, muchas veces desconocidos, en este paso por la vida.
   
Felicitaciones porque esta bebita es la copia mejorada de ustedes y sus virtudes; más alegría, más inteligencia, más sencillez, más solidaridad y, sobre todo, el mismo sentido de comunidad que tanto necesitamos en nuestro país.

Esta semana en el boliche de la esquina el pan caliente ha sido más sabroso y crujiente, y andamos todos tan contentos que parecemos lesos en la fila del pan; gracias a Dios y a la vida por ese pan de cada día y a ustedes Silvana y Rodrigo por hacer crecer nuestra familia que es el oxígeno que nos mueve y nos sostiene.

A Silvana Valenzuela, Rodrigo y Vicente González. 

lunes, 15 de junio de 2015

Neymar estuvo aquí



Por Patricio Jara Tomckowiack
Arquietcto

Desde la esquina donde se pone el carrito de los choripanes y completos a luca, observo el Germán Becker como lo hizo Neymar y compañía por un segundo ayer, y como lo hemos hecho mi abuelo, mi padre y mi primo desde que este lugar abrió sus puertas acompañando al histórico Deportes Temuco.
Hoy, ya de vuelta todos a la rutina, el estadio luce incompleto como un hospital sin enfermos o un terminal sin pasajeros. Más aun en el ambiente se siente la resaca de una buena fiesta, y yo confirmo mi sospecha de que la arquitectura se completa cuando se vive, se goza y se sufre en ella. La foto de una fachada deshabitada no dice nada.
Hace unas horas aquí se vivió una histórica fiesta para nosotros los temucanos, habitantes de los últimos párrafos del mundo, que más allá de un gran partido de fútbol nos deja como regalo una referencia alegre en la memoria de la ciudad; y es que, nada más ni nada menos, hemos compartido lugar, paisaje y objetivo con los ídolos del fútbol que hace una semana jugaban en Berlín la final de la UEFA Champions League.
Quizá nunca estemos en Brasil situados en el lugar exacto desde donde Neymar observa la playa de Copacabana, el Cristo o el Macaraná, pero si tenemos la certeza, pese a los desfases del contexto, que el galáctico brasileño estuvo en nuestra casa, pasó por la esquina donde comemos choripán y permanecerá en nuestra sobremesa dominguera después de una buena plateada al palo. Y cuando volvamos al Becker a ver al histórico, en alguno de esos noventa minutos, más de alguno recorrerá de reojo las tribunas a ver quién puede aparecer por ahí….
Nunca la selección brasileña había venido tan al sur de Chile y, como la buena arquitectura, ayer nuestra ciudad fue la referencia del planeta fútbol por unas horas. Y quizá no tengamos los espacios públicos que merecemos, y quizá Temuco es penca y chico y aquí y allá, pero esta ciudad no necesita un cielo azul para ser bella, porque aunque pasen los años y tenga más arrugas la vieja sigue siendo linda cuando se pone contenta y nos da esa miradita tierna.

sábado, 28 de febrero de 2015

Rincones para la vida




Por Patricio Jara Tomckowiack
Arquitecto

Hacemos casas, plazas y calles para dar cabida de la mejor forma posible a lo bueno y lo malo que hacemos y nos hacen cada día. Ese es el verdadero oficio del arquitecto. Porque si hay un buen lugar para el amor y el odio, la risa y el llanto, la esperanza y el pesimismo, dualidad inseparable de la vida del hombre, es una casa, una plaza y una calle.
La vida se da vueltas en esta santísima trinidad sin tener mucha opción ni oponer gran resistencia. La arquitectura es la dulce o fatal condena del hombre. Su casa y la de sus amigos, su plaza o el parque de su comuna y la calle que lo conduce entre ellos es su lugar en el mundo.
Somos arquitectos para desahogar la vida y por eso proyectamos con el máximo rigor y talento disponible; el rincón cálido de la estufa para frotarse las manos y las piernas frente a ella, el balcón de la nostalgia y la locura donde cabe una sillita y a veces dos, la sombra alegre del árbol en el patio donde poner la reposera, que son los lugares donde se desahoga la vida en su cotidianidad, haciendo que ésta sea menos miserable y más feliz.
Somos solo uno, somos seres de rincones y la plaza con la calle son la extensión de nuestra casa, que nos ofrecen en el espacio público rincones exteriores para cuando los interiores son insuficientes porque la vida nos abruma de alegría o tristeza. 
Quizá la decisión de instalar un simple escaño junto a una farola o bajo la sombra de un encino no otorgue al arquitecto el tan anhelado reconocimiento de sus pares, pero su función como rincón propicio para desahogar la vida del hombre e impulsarlo a seguir adelante es irrenunciable, y ese es el más grande y silencioso premio del quehacer el arquitecto.

lunes, 5 de enero de 2015

¿Supone la seguridad vial que viajamos inseguros?



Por Patricio Jara Tomckowiack
Arquitecto

No. Viajamos en permanente construcción de paisajes reales e imaginarios. El viajero exterior conduce, gira, adelanta, mira, toma una mano que se ofrece y pone una música que ilumine esa caricia veloz. En tanto, el viajero interior construye-deconstruye, desgrana-engrana e hilvana-cose-descose sus actos inmediatos, que son su futuro y su futuro es la vida que le queda. La inseguridad no es cosa de quién da un baño refrescante a sus ideas en las aguas de la suposición, la inseguridad es cosa del que no recorre.
En el espacio de aletargamiento y ocio que ofrece una buena dosis de camino continuo a los viajeros de cada uno de nosotros, un incendio de tachas reflectantes, zigzagueantes franjas blancas y amarillas, nocturnos soles fotovoltaicos y todo el equipamiento de seguridad vial habido y por haber aparece en medio del camino, mas que como una mera advertencia, como un oasis cuando el camino nos conduce por desiertos interiores y silenciosos valles exteriores.
Las argamasas de señaléticas de seguridad vial representan una dimensión de la vida que son los cruces de caminos, ese punto de  decisión, el lugar de examen por excelencia para los  viajeros, previo al necesario traslado y aprendizaje del camino recorrido, donde se debe seguir adelante, virar a la derecha o a la izquierda o, el inquietante, viraje en U. 

lunes, 24 de noviembre de 2014

Caminos nuevos



Por Patricio Jara Tomckowiack
Arquitecto

Hay caminos que se eligen y otros nuevos que lo eligen a uno. Para llegar de “A” a “B” hay siempre más de una alternativa: a) el camino directo, ese viejo conocido que usamos para hacer trámites, para casi no salir de casa, para casi ser invisibles uno y el paisaje; b) el camino largo, ese recorrido para perderse dilatando las llegadas o los regresos, para caminar en actitud de paseo y despreocupación, pero que a veces por exceso de entusiasmo y condimento se vuelve incomible y terminamos todos sopeados; y, c) el camino nuevo, ese que es puro regalo ante la ausencia de expectativa del que viaja, ese recomendable romántica y místicamente, el de los aventureros, dicen. ¿Y cómo saber cuál elegir? Da igual, nos toca transitarlos todos, a cada uno su momento, a cada destino su proceso o camino.  

martes, 18 de noviembre de 2014

Temuco ciudad enterrada





Por Patricio Jara Tomckowiack
Arquitecto

Quizá como la ciudad sumergida de Chico Buarque, Rio de Janeiro, en un futuro lejano Temuco será una ciudad enterrada, tragada por la tierra, los volcanes o recuperada por Tren-Tren y Cai-Cai. Donde los futuros arqueólogos rescatarán, entre los vestigios de banderas y gritos ahogados del pueblo mapuche, restos de cartas, poemas, algunas de las pocas selfies que fueron impresas y frases que no se alcanzaron a decir de amores que no fueron utilizados, desechados y no correspondidos. Pero que permanecerán intactos, quizá aun paseando sobre la avenida Balmaceda o Pablo Neruda, bajo cientos de metros de sedimento, para ser tomados y usados por futuros amantes que completarán su función de amor.


Basado en la canción "futuros amantes" de Chico Buarque.
https://www.youtube.com/watch?v=YSYvpZb_BtY